Estamos reescribiendo lo PÚBLICO

Estamos reescribiendo lo PÚBLICO

NO volveremos a la normalidad Y nos estamos preparando Estamos reescribiendo lo PÚBLICO. Diría redefiniendo lo PÚBLICO, pero de este término polémico ya se vienen ocupando los sociólogos tantos años. Mientras hay algunas añoranzas (obvio) de manifestarnos en "la calle", salir a concentrarnos en La Plaza -como si lo PÚBLICO sólo estuviera afuera, y sólo visible ahí- mientras tanto, estamos haciendo me-quedo-en-casa como una medida PÚBLICA, estamos pasando privaciones y entregando esfuerzos por la salud PÚBLICA, sabiéndonos parte del todo, de una corporalidad pública! Esta vez las tareas, acciones y trabajos de CUIDADOS, son noticia, pasaron a ser agenda pública. Esas tareas siempre relegadas a segundo plano, hechas sin retribución ni valoración, hoy son prioridad. Suena más clarito ahora que lo personal es político, y que el agua vale más que el oro. En estos días, muchos recordaban a M. Mead: Hace muchos años, un estudiante le preguntó a la antropóloga Margaret Mead, qué era lo que ella consideraba la primera señal de civilización, en una cultura. El alumno esperaba que Mead hablara sobre anzuelos, ollas de arcilla o piedras de afilar. Pero no. Mead dijo que la primera señal de civilización en una cultura antigua era un fémur (hueso del muslo), roto y cicatrizado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes la pierna, mueres. No puedes correr para huir del peligro, ir al río para beber agua o cazar comida. Eres carne fresca para los depredadores. Ningún animal sobrevive a una pierna rota, por tiempo suficiente para que el hueso se cure. Un fémur roto, que cicatrizó, es evidencia de que alguien tuvo tiempo para quedarse con el que cayó, trató su herida, lo llevó a la seguridad, y cuidó de él hasta que se recuperó. "Ayudar a alguien durante la dificultad, es donde comienza la civilización" dijo Cuando algo sacude, podemos ver cosas que antes no se veían, cosas que ya se hacen para cuidar la vida: Quienes remodelan los vínculos entre las personas, practican nuevos lenguajes, quienes desnudan diferentes formas de apropiaciones, quienes plantan alimenticias, atajan a las mineras, se abrazan a sitios naturales en ciudades, inventan intercambios económicos diversos, quienes no adoran los plásticos ni la energía sacada del subsuelo, y … tantos más, están haciendo lo PÚBLICO, con más creatividad que fuerza de resistencia. A estas prácticas vamos a tener que ir, si queremos una re-ingeniería de lo público, no una redefinición, sino un armado social, institucional–como sea, para el CUIDADO, donde nos organicemos por necesidades, no por negocio; por ecosistemas, no por poder.