La minería metalífera contamina y saquea. No existen “buenas prácticas” que eviten el despilfarro de agua pura ni la incorporación a la sopa química de metales pesados como Arsénico, Cadmio, Cobalto, Plomo, Níquel y otros, liberados por la molienda. Despilfarro y contaminación tan inevitables en la minería a cielo abierto, como el Cianuro que agregan las mineras. El agua dulce es un bien escaso, muy escaso. Los pueblos tienen el derecho a decidir si la usan para vivir, para su agricultura, ganadería o desarrollo local. Nadie debe decidir sobre los bienes comunes pasando por encima del pueblo Con el agua, la mayor riqueza es saberla administrar, poder vivir todos sin enfermarnos, sin morir, sin inhibir el futuro de nuestro pueblo, sin destrozar la naturaleza y sin desperdiciarla entregándosela a los grupos económicos para ayudarlos a concretar el saqueo de nuestros bienes no renovables. Esa entrega y ese saqueo nunca encierran la riqueza de nuestros pueblos ni son, de ninguna manera, una forma inteligente de abrirnos al mundo. Son puro coloniaje y solo la dominación cultural puede hacerles creer que el sometimiento es una oportunidad! No toquen la ley 5001 en Chubut, ni la 7722 en Mendoza. Respeten a los pueblos!! Habilitar el extractivismo más contaminante no es el camino que los argentinos decidimos. Cuando elegimos salir de la infamia política del gobierno anterior lo hicimos para fortalecer la democracia y el desarrollo incluyente y sustentable. No hay deuda externa suficientemente tirana como para forzarnos al suicidio colectivo!!!